Cebolla Blanca Vs Cebolla Roja
¿Alguna vez te has preguntado si usas la cebolla correcta en el plato correcto? muchas veces vamos al mercado y escogemos la típica cebolla blanca, pero al lado de ellas están las rojas, debes saber que aunque se parecen en sabor y texturas, existen diferencias más allá de su apariencia y color, entérate cuáles son:
La cebolla blanca es más crujiente en cuanto a textura y de sabor más intenso, son más grandes que otras variedades y tienen una piel más fina, casi como si fuera papel, también son astringentes pero no demasiado dulces y son muy crujientes debido a su alto contenido en agua, la podemos utilizar con buenos resultados en chutneys, salsas y está especialmente indicada para salteados de verduras o tipo wok.
Por otro lado, la cebolla blanca es uno de los más poderosos cardioprotectores que existen en la naturaleza, la enzima alinasa que contiene, ayuda a reducir los niveles de colesterol malo, con lo que mantiene la elasticidad de las arterias y limpia la grasa, un estudio asegura que comer una cebolla mediana al día reduce el riesgo cardiovascular y el colesterol en un 15%.
Por otra parte nos encontramos con la Cebolla Roja o Morada, son las más suaves en cuanto a sabor y añaden un toque de color a cualquier plato, es fresca y un poco dulce, no es tan picante, pero todavía tiene un sabor muy fuerte, de tal forma que sus usos más comunes suelen ser en ceviches, guacamole, ensaladas, sándwiches, hot dog, pizzas, tacos o para hacer encurtidos, ya que su sabor es más suave y delicado.
La cebolla roja o morada es más rica en antioxidantes que la blanca, contiene antocianinas, los pigmentos responsables de su color rojo o morado que ayudan a prevenir el cáncer y enfermedades del corazón, también contribuyen a preservar la memoria, a cuidar el tracto urinario y a retrasar el proceso de envejecimiento, la cebolla morada sería un efectivo remedio natural para regular los niveles de glucosa en sangre en las personas que viven con diabetes, es gran amiga de nuestro sistema digestivo, combate el estreñimiento y ayuda a prevenir los parásitos intestinales, gracias a su rico contenido en quercetina.
Ahora que ya conoces la diferencia entre ambas, podrás darle un mejor uso y aprovechar sus propiedades para cocinar deliciosos platos.